"Lo más bello que podemos
experimentar es el lado misterioso de la vida. Es el sentimiento profundo que
se encuentra en la cuna del arte y de la ciencia verdadera."
(Einstein)
INTRODUCCIÓN
Ya vimos en el contexto de las entradas
anteriores recientes, que el "hombre de las cavernas" no habría sido
el producto final de una hipotética y aún no demostrada "escala
evolutiva", sino la consecuencia lógica de una catástrofe global, el
Diluvio, que eliminó de golpe las condiciones de hábitat original de una
antigua civilización tecnológica de influencia planetaria, obligando a los
escasos supervivientes a buscar refugios naturales para guarecerse de las, para
entonces, adversas condiciones climáticas.
En este marco descriptivo alternativo de
la Prehistoria cabe hablar de uno de los grandes misterios de la antropología,
el Hombre de Neardenthal, así como de las posibles causas de su repentina
aparición en un ecosistema donde, según la Ciencia Oficial, habitaba el
antecesor del hombre actual... y de las implicancias que su supuesta extinción
podría tener para nosotros hoy.
El hombre moderno (homo sapiens) tiene,
según los antropólogos, dos variantes principales: El Hombre de Neanderthal
(homo sapiens neanderthalensis) y el homo sapiens sapiens, del que desciende el
hombre actual, destacando entre este último el Cro-Magnon de Europa occidental.
En la época de la Gran Glaciación estas
dos variantes de seres humanos poblaron, en forma contemporánea, parte del
hemisferio norte, principalmente Europa.
HOMO SAPIENS NEANDERTHALENSIS
La existencia del Hombre de Neanderthal
se descubrió en una cueva del Valle Neander, cercana a Düsseldorf, Alemania, en
el año 1856. Fuerte y muy musculoso, habitaba en cuevas y cobijos exteriores
para guarecerse del frío y del duro ambiente. Vivió en el periodo glaciar de
Würm en Europa y el oeste de Asia contemporáneamente con el Hombre de
Cro-Magnon. Su forma de vida pudo haber sido muy similar a la de éste, aunque
mucho más primitiva. Cuidaba a sus enfermos y enterraba a sus muertos y es
posible que utilizara algún tipo de lenguaje con efectividad. Era muy grande,
tenía la frente estrecha y caída hacia atrás, un arco ciliar prominente, los
pómulos sobresalientes y una mandíbula protuberante. Sin perjuicio de sus
características físicas, si apareciera vestido en la actualidad pasaría
prácticamente desapercibido hasta que quedara en evidencia su escaso
intelecto... aunque su capacidad craneana, al igual que la del Cro-Magnon, superaba
los 1.600 cm³. Se extinguió gradualmente a medida que los humanos modernos
ocuparon Asia y Europa. (Fuentes: Gran Historia Universal Larousse, y
Enciclopedia Visual La Tercera, Historia Ilustrada del Mundo).
PERO... ¿SE EXTINGUIÓ REALMENTE?
A pesar que la ciencia actual postula su
total extinción en aquella lejana época, al parecer algo escapó a sus
razonamientos y exhaustivas investigaciones antropológicas, puesto que hay
muchísimas evidencias que nos podrían llevar a concluir que el llamado Hombre de
Neanderthal... ¡existe en nuestro tiempo!
Considerando el alto nivel tecnológico
alcanzado por la civilización antediluviana, como hemos analizado en las
entradas anteriores, adelanto aquí una teoría que, en el contexto de todo lo
expuesto en mi libro “Fenómalos La Quinta Esencia”, podría explicar
consistentemente su enigmática existencia paralela:
Ambas razas eran seres humanos, pero no
producto de procesos evolutivos distintos e independientes como postula la
ciencia actual (ya que aparte de la notoria diferencia en sus intelectos y en
su contextura física, en todo lo demás coincidían: sistemas óseos, musculares,
nerviosos, endocrinos, circulatorios, respiratorios, digestivos, urinarios y
reproductivos, así como la disposición de sus miembros: cabeza, ojos, boca,
nariz, oído, brazos, manos y pies con cinco dedos, etc.), sino producto de
manipulaciones genéticas que establecieron la diferencia.
En efecto, la civilización antediluviana
-como lo evidencian los textos protoiraníes y también las controvertidas Piedras de Ica en Perú- habría llegado a
grandes avances en medicina e ingeniería genética, conocimientos con los que
-entre otras aberraciones cometidas, como la posible regeneración de algunas
especies extinguidas de la era de los grandes saurios para utilizarlos
probablemente en las guerras- pudo haber desarrollado una raza de hombres con
características simiescas, de gran fortaleza física y limitado intelecto, para
utilizarlos en la milicia y en las faenas pesadas en zonas de climas extremos a
manera de obreros o esclavos: aquellos que hoy conocemos como Neanderthal.
Parte de éstos habrían sobrevivido al
Diluvio y a la Glaciación que le siguió, logrando adaptarse en las devastadas
regiones heladas gracias a su excepcional resistencia física, pero no pudieron
con la llegada de los sobrevivientes Cro-Magnon que, obviamente más
inteligentes y mejor equipados, lograron imponerse sobre aquéllos provocando
con el tiempo su desaparición.
Los Cro-Magnon no se habrían mezclado
con ellos debido a que, como sobrevivientes de la antigua civilización, sabían
se trataba de seres humanos “retrasados mentalmente” por alteración genética y
por lo tanto una amenaza para su descendencia. Había que desplazarlos, o
exterminarlos, por esa razón y porque debido a su gran capacidad física les
disputaban ventajosamente los territorios de caza y asentamiento.
Ante tal encarnizada persecución el
Neanderthal, aprovechando esa extraordinaria fortaleza física y su resistencia
a los climas extremos, se habría refugiado en lugares inaccesibles para el
Cro-magnon: los macizos montañosos más escarpados del planeta… en donde
permanecerían, ocultos, sus descendientes hasta el día de hoy.
LAS EVIDENCIAS
En los faldeos de los montes Cáucasos,
en las laderas de las montañas del Pamir y del Himalaya, en Mongolia, en
Siberia y en las casi inaccesibles regiones montañosas y boscosas del noroeste
de Norteamérica (Columbia Británica, Vancouver, Alberta, y Calgary en Canadá, Estado
de Washington y Montañas Rocosas en los EE.UU., principalmente), se han
recogido numerosas narraciones -antiguas y contemporáneas- de avistamientos y
encuentros, así como fotografías y algunas filmaciones, acerca de extraños
especímenes homínidos, muy escurridizos, que las habitarían.
Se trataría de seres con características
que encajan perfectamente con las del Hombre de Neanderthal: comportamiento
humanoide primitivo, elevada estatura y gran fortaleza física, cuerpo velludo,
adaptado al frío y a la altura, inteligencia entre la del hombre y la del
simio, etc., y que rehuyen absolutamente el contacto con los “humanos”
permaneciendo ocultos en macizos montañosos inaccesibles, seguramente todavía
conscientes del gran peligro que éstos últimos representan para su
supervivencia.
Se les conoce por diversos nombres según
sea la región donde han sido avistados: Yeti (de Yeh = animal desconocido, Teh
= región rocosa) y Metch Kangmi (el abominable hombre de las nieves) en los
Himalayas de Nepal y el Tibet respectivamente, Almasty (alma) en el Cáucaso,
Chuchuna en Siberia, y Sasquatch (también bigfoot = pie grande) en
Norteamérica. Otros nombres por los cuales es conocido también son: Jangali
Mosh ('hombre del bosque, hombre salvaje'), Barmanu, Abnuaaya, Bekk-Bok,
Biabin-Guli, Gul-Biavan, Guli-Avan, Golub-Yavan, Kaptar, Kra-Dhan, Ksy Gyik, Migou, Mirygdy, Mulen, Voita, y Yowie (este último en Australia).
Al respecto, algunos testimonios a
considerar:
1) En el Himalaya: A fines del siglo XIX,
el coronel Waddell del ejército anglo-indio, y el explorador británico Sir
Douglas Freshfield, declararon haber visto huellas dejadas en la nieve por pies
de tamaño gigantesco, tanto en Sikkim como en el Kanchenjunga. En 1921 el
famoso alpinista y explorador inglés, coronel Howard Bury descubrió también
huellas de unos pies gigantes en la nieve a más de 7.000 metros de altura. A
miles de kilómetros de allí y 21 años después, el oficial polaco Slavomir
Rawitsch, descubrió en su viaje a la India desde el desierto del Gobi a una
pareja de extraños seres "extraordinariamente grandes y que andaban
erguidos".
El explorador y alpinista inglés Eric
Shipton, fue el primero que logró una prueba de la existencia del
"abominable hombre de las nieves", cuando en 1935 obtuvo una
fotografía de una inmensa pisada de 31 centímetros de longitud y 18 de ancho,
que algún ser dejó impresa en el glaciar Melungtse, entre Tíbet y Nepal. Tiempo
después, alpinistas y exploradores famosos como el geólogo francés Bordet o Sir
John Hunt, jefe de la expedición inglesa que en 1953 logró subir por primera
vez al Everest, afirmaron haber visto al "hombre de las nieves".
Un sabio austriaco, el doctor Tichy,
asegura haber visto al yeti en el año 1925 cuando instalaba su campamento y lo
describió como un bípedo de piel negra y apariencia vagamente humana. Eric
Shipton en 1951, experto en el Himalaya, logró fotografías de huellas a 4.800 m
de altura. Edmund Hillary, nombrado caballero por su conquista del Everest en
1953, ocasión en que junto con el expedicionario inglés Robert Hunt divisara
huellas del yeti, organizó una nueva expedición al Himalaya con el único y
exclusivo propósito de capturar un ejemplar (no lo logró). El montañista Don
Whillans quien en junio de 1970 se encontró con un yeti en el Anapurna, un
valle del Himalaya rodeado de montañas y logró fotografiarlo a la distancia.
2) En el Cáucaso: La doctora
franco-soviética Marie-Jeanne Koffman, (en esa época cirujano en Moscú y
miembro de la Academia de Ciencias de la URSS) quien, producto de la
recopilación e investigación de una importante bibliografía, organizó y dirigió
entre los años 1965 y 1967 catorce expediciones en las regiones del Cáucaso en
busca del almasty, las que pese a no haber logrado ninguna prueba concreta de
su existencia consiguieron reunir más de trescientos testimonios y declaraciones
de los habitantes de la región, de todas las edades y clases sociales, acerca
de él. Todos estos relatos corresponden según la doctora Koffman a la
descripción de un prehomínido que estaría situado a medio camino entre el
Pitecántropo y el Hombre de Neanderthal.
3) En Siberia: El chuchuna o tungu es
descrito como un ser de apariencia humana, con pronunciado prognatismo y frente
baja, ágil y fuerte, que se desplaza muy rápidamente a saltos. Adaptado a las
condiciones extremadamente rudas del invierno siberiano, vive en la actualidad
en los bosques impenetrables de Siberia. La revista "Estudios
Soviéticos" cita el testimonio de un cazador de la taiga de Obi (Siberia
occidental) que los vio en cuatro ocasiones: dos veces hace más de treinta años
y otras dos hace unos quince. El testigo relata: "Yo he visto salir a dos
de ellos de la selva. Estaban desnudos y el cuerpo lo tenían cubierto de pelo
corto. Se balanceaban de una extraña forma sobre sus brazos, más largos que los
de un hombre". La Academia de Ciencias Soviética ha catalogado desde 1958
innumerables testimonios, documentos y cartas acerca de la existencia del
chuchuna provenientes de regiones inmensas, separadas por millares de
kilómetros y obstáculos naturales. (Fuente: El País de España, publicado por
BESTIARIO "de lo cotidiano y extraordinario" en abril 2008).
4) En Norteamérica: Se cuenta entre
otros testimonios, con el impactante relato –que mantuvo en secreto por más de
30 años- del ya fallecido maderero de origen sueco Albert Ostman, quien en
1957, durante unas vacaciones solitarias en la región del Toba Inlet en la
Columbia Británica, habría sido raptado por una familia de sasquatchs
permaneciendo prisionero por ellos durante toda una semana. Los describió como
gigantes peludos, de comportamiento primitivo, y de estatura superior a los dos
metros.
Pero la prueba quizás más concluyente de
la existencia del sasquatch la constituye una filmación de 6 m de película de
16 mm tomada el 20 de octubre de 1967 por Roger Patterson en Bluff Creek, lugar situado en las Montañas
Costeras de la California Septentrional. En ella se puede ver a una hembra
humanoide peluda, que corre en retirada, desde unos 15 m de Patterson y su
acompañante. La película se considera auténtica, puesto que en dicho lugar se
pudieron encontrar las pisadas de la hembra.
CONCLUSIONES
Corroborando las características
homínidas de este ser, el gran zoólogo e investigador belga Bernard Heuvelmans
sugiere que podría tratarse de un pariente del hombre prehistórico, superviviente del Pitecántropo, al que
incluso bautizó como Dnipithecus Nivalis. (Fuente: El Yeti y otros abominables
hombres. Colección Grandes Enigmas, en fascículos).
Si se trata efectivamente de
descendientes del Hombre de Neanderthal, en el contexto de nuestra teoría se
explica entonces la elevada estatura que se les atribuye, que correspondería
con la del hombre antediluviano, ya que al vivir en un ambiente totalmente
natural sin la contaminación, el stress y los malos hábitos de los
asentamientos densamente poblados de los humanos “más inteligentes” que habitan
las regiones más bajas y templadas, les ha sido posible conservar casi intacta
la estatura original de sus antepasados. Su escasa población se debe
seguramente a la implacable selección natural en aquellos ambientes hostiles,
en la que sólo la descendencia de los más fuertes y mejor adaptados ha logrado
permanecer hasta nuestros días.
Llegar a comprobar fehacientemente su
existencia así como los análisis bioquímicos de rigor que demostrarían se
estrecha relación genética con el homo sapiens sapiens plantearía, junto con
una revisión profunda de la Antropología y de la Historia, serios cuestionamientos
religiosos, morales, éticos y sociológicos ya que, al tratarse de seres humanos
y no animales, deberían ser respetados sus derechos universales, incorporados a
la jurisprudencia político-legal, social y económica de las regiones donde habitan,
seguramente censados (si se puede), y debidamente protegidos junto con su
hábitat.
Por supuesto que no faltarían quiénes
desearían y tratarían, con mucho celo, de incorporarlos a la sociedad,
“educarlos, evangelizarlos y civilizarlos” como ocurrió ya con los aborígenes
americanos y de otras latitudes, o también utilizarlos para oscuros propósitos
(milicias, mafias, explotación laboral, comercio sexual, espectáculos
circenses, etc.).
Esperemos que esto último nunca llegue a
ocurrir, que les dejemos vivir en paz hasta el día de la restauración de todas
las cosas... y que no les hagamos más daño del que ya una vez les fuera hecho.
Por
ENLACES RECOMENDADOS
- Yeti, el Abominable Hombre de las Nieves. Del sitio web Mistery Planet, El más completo artículo sobre avistamientos y evidencias del Yeti en los Himalayas y en otras partes del mundo.
- Sitio oficial dedicado al Yeti. Sitio web en idioma inglés.
- ¿El Yeti sigue existiendo? Del blog oficial del explorador del Himalaya César Pérez de Tudela.
VIDEOS RECOMENDADOS
1) Bigfoot. De la serie “Teorías de la
Conspiración”:
2) The Definitive Guide To The Creature Know As Bigfoot. Documental sobre
Bigfoot del History Channel:
3) Southern Sasquatch. Documental acerca del Sasquatch de la serie Lost
Tapes:
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OBSERVACIÓN: Esta serie de artículos están basados o forman parte del libro escrito recientemente por el autor, denominado “Fenómalos – La Quinta Esencia”, publicado por Editorial Trafford (ISBN 1-4251-1232-3, por Trafford Publishing, Canada). Las imágenes y videos han sido tomadas directamente de la web, y sólo para efectos de ilustración del texto. De haber alguna de ellos con derechos de autor agradeceré comunicármelo para retirarlas de esta entrada.
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